EL MUNDO
17 enero 2012
Del portal a la parada
del bus
Cristina de Martos
La incapacidad para caminar o conducir aumenta el riesgo de
muerte. Los factores de riesgo que amenazan la movilidad se pueden controlar.
Poder
caminar sin ayuda del portal de casa a la parada del autobús es una 'sencilla'
actividad, pero cuando se trata de personas mayores, el gesto, además de algo
más costoso, puede ser la diferencia entre tener una vida social y rica o una
de aislamiento y soledad. Una investigación apunta ahora cuáles son las causas
más frecuentes de la pérdida o la dificultad de movilidad en la última etapa de
la vida.
"La
discapacidad a largo plazo para la movilidad comunitaria es el resultado de una
combinación de factores predisponentes, que hacen al
individuo más vulnerable, y enfermedades o lesiones, que actúan como
desencadenantes". Ésta es la principal conclusión del estudio, publicado
en 'Annals of Internal Medicine', que ha realizado un seguimiento de 12
años a 641 mayores de 70 años.
A
lo largo de ese periodo, el 50% de los participantes pasó de no tener problemas
para desplazarse a ser incapaz de caminar 400 metros o de conducir -las dos
variables analizadas-. Esto "no sólo lleva a una menor calidad de vida
sino que la invalidez prolongada provoca más tasas de enfermedad, muerte,
depresión y aislamiento social", como apunta el principal autor, Thomas Gill, Catedrático de Geriatría de la Universidad de Yale (EE.UU.).
La
buena noticia es que muchos de los factores predisponentes
y desencadenantes identificados por Gill y sus
colegas se pueden prevenir o modificar. La baja actividad física, las
alteraciones cognitivas y el funcionamiento deficiente de las extremidades
inferiores (los tres factores de riesgo más importantes) se pueden cambiar
teniendo, como recomiendan las autoridades sanitarias, un envejecimiento
activo.
También
se pueden prevenir "muchos de los eventos mediadores, incluidas las
caídas, los infartos, la insuficiencia cardiaca, el ictus y la artritis",
recuerda el trabajo. Aumentar la actividad física, mejorar la dieta, evitar
hábitos como fumar o beber alcohol ayuda a que lo mayores de 70 años se
mantengan sanos y con una movilidad adecuada, que les permita llevar una vida
activa.
Las
intervenciones para alcanzar estas metas se deben realizar 'a priori' ya que la
capacidad de recuperación de los mayores es muy pequeña, con tasas del 2,2% en
la conducción y del 3,1% en los desplazamientos a pie, según este estudio.
"Hemos aprendido -resume Gill- que necesitamos
estrategias para prevenir la discapacidad entre las personas mayores que viven
de forma independiente en la comunidad".
Lograr
que un porcentaje elevado de esta población tenga una vida activa e
independiente durante el mayor tiempo posible es además una forma de ahorrar
dinero, en estos tiempos de crisis en los que la Sanidad se encuentra en el
punto de mira.